El 24 de agosto del año 79 d. C., según el relato de Plinio el Joven, Pompeya se quedó enterrada por la erupción del Vesubio. La ciudad existía al menos desde el siglo VII a. C., habitada por los oscos, uno de los pueblos del centro de Italia. En la foto, una de las entradas al foro y, encima, el volcán con una inquietante nube sobre su cráter.
En el siglo VIII a. C. se habían instalado los griegos en esa zona, con la colonia de Cumas en el otro lado del golfo de Nápoles. Y en el VII a. C. los etruscos rivalizan con los griegos por el control de la región. En la foto, uno de los mosaicos mejor conservados de Pompeya, en la entrada de una casa, con un letrero que dice: 'cuidado con el perro'.
Un siglo después, en el siglo V a. C. son los samnitas, italianos de lengua osca, los que conquistan toda la región de la Campania. En el siglo IV a. C., la ciudad tiene la configuaración actual, la que tenía cuando quedó sepultada. Bajo la ceniza, quedaron muy bien conservados los frescos, las estatuas o los edificios de la ciudad, salvo los techos. Muchos de los cadáveres de los pompeyanos dejaron el hueco en la ceniza, huecos que se rellenaron con yeso como si fuera un molde, y algunos se exhiben.
Con los samnitas, Pompeya era gobernada por un magistrado con poderes de administrador de justicia. Participa, con otras ciudades de Campania en una guerra contra Roma. Al haber estado sepultada durante siglos, la ciudad se conservó íntegra, todo salvo la techumbre de los edificios, que cedió por el peso de la lava acumulada encima.
La ciudad pasó a ser un importante paso de mercancías marítimas, que iban a Roma por la vía Apia. Impresiona ver las pinturas de las casas, los frescos, después de casi dos mil años.
La línea de la costa debió cambiar tras la erupción, ya que Pompeya tenía su propio embarcadero. En la foto, el autor de estas fotos y comentarios, en el foro de Pompeya, con el templo de Júpiter y el Vesubio a su espalda.
Algunos estudiosos creen que la erupción que sepultó a Pompeya no ocurrió en agosto y achacan el error a un fallo en la transcrición medieval del relato de Plinio. Piensan que tuvo lugr en otoño o a principios del invierno, por una moneda que se encontró y que no fue acuñada antes de septiembre del año 79, y por la gran cantidades de frutos otoñales encontrados entre las ruinas.
Se sabe que en el siglo II a. C., un magistrado, elegido cada año, gobierna la ciudad, junto a un consejo de ex-magistrados. Con la llamada 'guerra social' contra los romanos, realizada por sus socios para obtener la ciudadanía, cambia la forma de gobierno. En la foto, la nube sobre el Vesubio da la impresión de ser humo lanzado por el volcán.
Una vez conquistada por Roma, se supone que Pompeya se convierte en 'municipium', lo que significaba que los pompeyanos asumen la ciudadanía romana en cuanto a obligaciones fiscales y militares, pero no en cuanto a derechos.
Lo que Roma les concede es una autonomía adminisrtiva, a cargo de un consejo de cuatro magistrados y un 'cuestor'. Luego serían dos los magistrados gobernantes, los que gobernaban junto a un consejo ciudadano compuesto por los cien ex magistrados anteriores. Aquí vemos el templo de Júpiter, en el foro.
En el año 62, un terremoto destruyó parciamente la ciudad y otras poblaciones de la región. En los 17 años que separan el terremoto de la erupción del Vesubio, Pompeya se reconstruyó, aunque quizá no totalmente.
Lo más dedandado en Pompeya por los turistas es el lupanar, donde se conservan frescos eróticos, y los falos de reclamo publicitario en la entrada. La gran demanda de público por el club de las 'lobas' hizo que renuniciáramos a su visita. El precio de un servicio equivalía al de diez copas de vino.
Aunque en una pensión u hotel que vimos después, encontramos este fresco, lo que hace suponer que, aparte de servicio de habitaciones, también se ofertaban placeres carnales a los huéspedes. La mayoría de los frescos de los lupanares pompeyanos están en el museo arqueológico nacional de Nápoles.
Esta es la parte de atrás del hotel anterior, con su jardín o huerto y una zona techada, pero abierta.
Pompeya y Herculano quedaron sepultadas por gruesas capas de ceniza y ahí se quedaron hasta que Carlos VII de Nápoles, que poco después sería Carlos III de España, financiara las primeras excavaciones en 1738, y las segundas, en 1748, con Roque Joaquín de Alcubierre, un aragonés, al frente del rescate.
Ambas ciudades se localizaron 150 años antes, cuando el arquitecto Fontana excavaba un nuevo curso para el río Sarno, en 1550.
Parece que Fontana encontró algunos frescos eróticos y los tapó, por la estricta moral de la época.
Aún no está escavada toda la ciudad. En una de las salidas, junto al cementerio, hay zonas valladas, como este campo de amapolas, donde se supone que hay edificaciones enterradas.
A las afueras de Pompeya se encontró enterrado un gran hotel, de 1.000 metros cuadrados.
Los frescos de esta pared son del hotel anterior, el del jardín y el fresco erótico, llamado Villa de Diomede. Al rojo predominante en las paredes de Pompeya se le llama rojo pompeyano.
En 1943, los aliados bombardearon las ruinas en varias ocasiones y destruyeron parte del Teatro Grande y el foro, que fueron reconstruidos tras la guerra. Lo que vemos aquí es la barra de uno de los muchos bares de Pompeya.
En la arquitectura, es curioso cómo juegan con la piedra, siempre colocada en forma de rombos, y con el ladrillo, con capas sucesivas de un material y otro.
Otra muestra del juego de ladrillo y piedra de las construcciones pompeyanas.
Además de caliza y piedra volcánica, también hay muchas piedras marinas, con fósiles, que nos recuerdan que la ciudad, hoy bastante al interior, fue puerto marinero.
Junto al cementerio, un acueducto para llevar agua al centro de Pompeya.
El empedrado de las calles es espectacular. De nuevo el autor del reportaje, cerca de los teatros grande y chico.
El Teatro Grande de Pompeya, que sufrió los bombardeos. En el anfiteatro se produjeron serios disturbios en el año 59, cuando se enfrentaron los pompeyanos con unos visitantes de Nuceeria, con el resultado de varios muertos y heridos. Nerón prohibió las exhibiciones de gladiadores como castigo a la ciudad por esos hechos.
El teatro chico, oscuro, coqueto, hecho de piedra volcánica.
Los accesos al Teatro Grande desde el Cuadripórtico de los Gladiadores. Pompeya tenía unos 15 mil habitantes en el momento de la erupción, de los que se han rescatado unos dos mil cadáveres. Como hubo terremotos durante varios días, justo anes de la erupción, se supone que parte de la población huyó y no fue sepultada. Se rescatarán más cadáveres cuando continúe la excavación.
Con este templo, consagrado a la diosa Isis, le pongo fin al retrato de lo que vi de Pompeya, más o menos la mitad de la ciudad, en unas dos horas.
En el siglo VIII a. C. se habían instalado los griegos en esa zona, con la colonia de Cumas en el otro lado del golfo de Nápoles. Y en el VII a. C. los etruscos rivalizan con los griegos por el control de la región. En la foto, uno de los mosaicos mejor conservados de Pompeya, en la entrada de una casa, con un letrero que dice: 'cuidado con el perro'.
Un siglo después, en el siglo V a. C. son los samnitas, italianos de lengua osca, los que conquistan toda la región de la Campania. En el siglo IV a. C., la ciudad tiene la configuaración actual, la que tenía cuando quedó sepultada. Bajo la ceniza, quedaron muy bien conservados los frescos, las estatuas o los edificios de la ciudad, salvo los techos. Muchos de los cadáveres de los pompeyanos dejaron el hueco en la ceniza, huecos que se rellenaron con yeso como si fuera un molde, y algunos se exhiben.
Con los samnitas, Pompeya era gobernada por un magistrado con poderes de administrador de justicia. Participa, con otras ciudades de Campania en una guerra contra Roma. Al haber estado sepultada durante siglos, la ciudad se conservó íntegra, todo salvo la techumbre de los edificios, que cedió por el peso de la lava acumulada encima.
La ciudad pasó a ser un importante paso de mercancías marítimas, que iban a Roma por la vía Apia. Impresiona ver las pinturas de las casas, los frescos, después de casi dos mil años.
La línea de la costa debió cambiar tras la erupción, ya que Pompeya tenía su propio embarcadero. En la foto, el autor de estas fotos y comentarios, en el foro de Pompeya, con el templo de Júpiter y el Vesubio a su espalda.
Algunos estudiosos creen que la erupción que sepultó a Pompeya no ocurrió en agosto y achacan el error a un fallo en la transcrición medieval del relato de Plinio. Piensan que tuvo lugr en otoño o a principios del invierno, por una moneda que se encontró y que no fue acuñada antes de septiembre del año 79, y por la gran cantidades de frutos otoñales encontrados entre las ruinas.
Se sabe que en el siglo II a. C., un magistrado, elegido cada año, gobierna la ciudad, junto a un consejo de ex-magistrados. Con la llamada 'guerra social' contra los romanos, realizada por sus socios para obtener la ciudadanía, cambia la forma de gobierno. En la foto, la nube sobre el Vesubio da la impresión de ser humo lanzado por el volcán.
Una vez conquistada por Roma, se supone que Pompeya se convierte en 'municipium', lo que significaba que los pompeyanos asumen la ciudadanía romana en cuanto a obligaciones fiscales y militares, pero no en cuanto a derechos.
Lo que Roma les concede es una autonomía adminisrtiva, a cargo de un consejo de cuatro magistrados y un 'cuestor'. Luego serían dos los magistrados gobernantes, los que gobernaban junto a un consejo ciudadano compuesto por los cien ex magistrados anteriores. Aquí vemos el templo de Júpiter, en el foro.
En el año 62, un terremoto destruyó parciamente la ciudad y otras poblaciones de la región. En los 17 años que separan el terremoto de la erupción del Vesubio, Pompeya se reconstruyó, aunque quizá no totalmente.
Lo más dedandado en Pompeya por los turistas es el lupanar, donde se conservan frescos eróticos, y los falos de reclamo publicitario en la entrada. La gran demanda de público por el club de las 'lobas' hizo que renuniciáramos a su visita. El precio de un servicio equivalía al de diez copas de vino.
Aunque en una pensión u hotel que vimos después, encontramos este fresco, lo que hace suponer que, aparte de servicio de habitaciones, también se ofertaban placeres carnales a los huéspedes. La mayoría de los frescos de los lupanares pompeyanos están en el museo arqueológico nacional de Nápoles.
Esta es la parte de atrás del hotel anterior, con su jardín o huerto y una zona techada, pero abierta.
Pompeya y Herculano quedaron sepultadas por gruesas capas de ceniza y ahí se quedaron hasta que Carlos VII de Nápoles, que poco después sería Carlos III de España, financiara las primeras excavaciones en 1738, y las segundas, en 1748, con Roque Joaquín de Alcubierre, un aragonés, al frente del rescate.
Ambas ciudades se localizaron 150 años antes, cuando el arquitecto Fontana excavaba un nuevo curso para el río Sarno, en 1550.
Parece que Fontana encontró algunos frescos eróticos y los tapó, por la estricta moral de la época.
Aún no está escavada toda la ciudad. En una de las salidas, junto al cementerio, hay zonas valladas, como este campo de amapolas, donde se supone que hay edificaciones enterradas.
A las afueras de Pompeya se encontró enterrado un gran hotel, de 1.000 metros cuadrados.
Los frescos de esta pared son del hotel anterior, el del jardín y el fresco erótico, llamado Villa de Diomede. Al rojo predominante en las paredes de Pompeya se le llama rojo pompeyano.
En 1943, los aliados bombardearon las ruinas en varias ocasiones y destruyeron parte del Teatro Grande y el foro, que fueron reconstruidos tras la guerra. Lo que vemos aquí es la barra de uno de los muchos bares de Pompeya.
En la arquitectura, es curioso cómo juegan con la piedra, siempre colocada en forma de rombos, y con el ladrillo, con capas sucesivas de un material y otro.
Otra muestra del juego de ladrillo y piedra de las construcciones pompeyanas.
Además de caliza y piedra volcánica, también hay muchas piedras marinas, con fósiles, que nos recuerdan que la ciudad, hoy bastante al interior, fue puerto marinero.
Junto al cementerio, un acueducto para llevar agua al centro de Pompeya.
El empedrado de las calles es espectacular. De nuevo el autor del reportaje, cerca de los teatros grande y chico.
El Teatro Grande de Pompeya, que sufrió los bombardeos. En el anfiteatro se produjeron serios disturbios en el año 59, cuando se enfrentaron los pompeyanos con unos visitantes de Nuceeria, con el resultado de varios muertos y heridos. Nerón prohibió las exhibiciones de gladiadores como castigo a la ciudad por esos hechos.
El teatro chico, oscuro, coqueto, hecho de piedra volcánica.
Los accesos al Teatro Grande desde el Cuadripórtico de los Gladiadores. Pompeya tenía unos 15 mil habitantes en el momento de la erupción, de los que se han rescatado unos dos mil cadáveres. Como hubo terremotos durante varios días, justo anes de la erupción, se supone que parte de la población huyó y no fue sepultada. Se rescatarán más cadáveres cuando continúe la excavación.
Con este templo, consagrado a la diosa Isis, le pongo fin al retrato de lo que vi de Pompeya, más o menos la mitad de la ciudad, en unas dos horas.
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